Para muchos el momento más sublime de la Cabalgata de los Reyes Magos de Alcoy es el de la Adoración. En un elegante acto, los tres Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, ofrecen sus presentes, el oro, la mirra y el incienso, al Jesús recién nacido.
Desde media tarde, muchos alcoyanos y visitantes esperaban pacientemente este momento cumbre, reservando sus puestos en la Plaza de España. Minutos antes de las 9 de la noche, llegaba el ansiado instante. Las luces de la bandeja se apagaban, tan solo un cañón de luz iluminaba a los monarcas y unos pebeteros marcaban el camino hasta el portal. Bajo los sones de «El Mesías» de Haendel, Sus Majestades avanzaban hacia la Sagrada Familia para entregar sus presentes. Todo ello acompañado de un espectacular castillo de fuegos artificiales que sumaba grandeza al momento.
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